En la costa entre Mutriko y Deva, en el norte de España, se encuentra un acantilado de unos 14 Km cuyas capas encierran algunos de los episodios más emocionantes de la Historia geológica de la Tierra. Entre otros, el paso del Cretácico al Terciario (el límite TK) donde se atestigua la extinción de los dinosaurios y el impacto extraterrestre que la originó, y la sucesión estratigráfica del Paleoceno-Eoceno, caracterizada por un calentamiento global de una intensidad similar al de nuestros días.
ACANTILADOS Y RASA MAREAL
El paisaje cambia drásticamente cada 6 horas, cada vez que la marea cubre o descubre la rasa mareal, y esto, además de definir el paisaje, condiciona también la vida en este entorno.
Las mareas dependen de la interacción de la masa de agua del océano con la Luna y el Sol. Cada día tenemos dos mareas altas y dos mareas bajas, y la diferencia de cota entre ambas puede llegar a 4,5 metros en mareas vivas, cuando el Sol y la Luna unen sus fuerzas. Por eso las mareas vivas ocurren siempre con Luna llena o Luna nueva.
Las mareas son el mayor condicionante del ecosistema de la rasa mareal. Durante la marea alta, la totalidad de la rasa queda cubierta bajo el agua, pero cuando la marea baja (dos veces al día), una parte importante queda al descubierto y la mayoría de las especies tienen que sobrevivir en pequeñas charcas hasta que el agua vuelva a subir. Las condiciones de temperatura, salinidad, oxigenación, etc. cambian, y la competencia es feroz. Esta variabilidad y la gran extensión de la rasa del biotopo la convierten en un ecosistema muy peculiar, donde los índices de biodiversidad son muy elevados.
EL FLYSCH
El flysch es como un gran libro abierto de la historia de la Tierra. Un libro de 8 Km de grosor que abarca capa a capa unos 50 millones de años y nos cuenta algunos de los episodios climáticos y biológicos más importantes y sorprendentes de la historia geológica reciente.
Atendiendo al tipo de roca, los 8 kilómetros de afloramiento se dividen en grandes paquetes o formaciones litológicas: son las series calcáreas del Cretácico superior y Paleógeno, una intercalación de estratos de calizas y margas de color rojizo, formadas por decantación de sedimentos bajo el mar. Luego, durante el levantamiento pirenaico se produce un basculamiento y las capas más antiguas quedan orientadas hacia el oeste del acantilado.
El causante principal del evento de extinción, fue el impacto de un asteroide del tamaño de una montaña de aproximadamente 10 Km de diámetro. Este objeto extraterrestre estaría formado principalmente por hierro y entró en la atmósfera a una velocidad muy elevada, de tal vez 30.000 Km/s.
La hipótesis del impacto meteorítico fue propuesta a principios de los años 80 por Walter Álvarez y Jan Smit, los cuales determinaron que la colisión del gran asteroide provocó un cambio global con un oscurecimiento de la atmósfera durante varios meses (debido a las partículas del meteorito tras el impacto e incendios que se desencadenaron), una caída brusca de las temperaturas medias en todo el planeta y la interrupción de la vida en sus procesos básicos (fotosíntesis), resultando en una extinción en masa de especies.
CÁLCULO DE LOS EFECTOS SOBRE EL AMBIENTE GLOBAL DEL IMPACTO DEL METEORITO DEL LÍMITE CRETÁCICO TERCIARIO
El resultado 1º, es el cálculo de la energía con la que el meteorito colisionó con la Tierra. La velocidad la he estimado considerando la velocidad de un objeto del tamaño y composición (Fe-Ni) de nuestro meteorito, en una órbita heliocéntrica próxima a nuestro planeta. El resultado 2º, evalúa la variación de la velocidad del meteorito a su paso a través de la atmósfera, a medida que ésta le frena. Como puede observarse, la fricción de la atmósfera apenas ejerció influencia alguna sobre el meteorito en su caída. El resultado 3º, estima el tiempo que tardó el meteorito en impactar tras su entrada en la atmósfera (menos de 1 segundo!!). En el resultado 4º, se hace una comparación entre la energía con la que colisionó el meteorito y su equivalente energético en bombas atómicas de Hiroshima (casi 29.000 millones de bombas como la de Hiroshima!!). El resultado 5º, calcula el movimiento sísmico generado en la corteza terrestre debido al impacto, medido en la Escala Richter o escala de magnitud local (un seísmo de magnitud 10,38!!, un terremoto aterrador, jamás registrado por el hombre en toda su existencia sobre el planeta). Los resultados 6º y 7º, son una estimación en base a promedios estadísticos, del número de objetos de las dimensiones del meteorito del límite K/T, próximos actualmente a la Tierra, así como la frecuencia estadística con la que impactan estos cuerpos en nuestro planeta; en estos momentos habría 5 de estos objetos potencialmente impactores, produciéndose una colisión con alguno de ellos cada 460 millones de años, (las ecuaciones empleadas proceden de estudios del profesor Jay Melosh de la Universidad de Pardue). El resultado 8º, concluye cómo la energía del impacto fue lo suficientemente elevada para volatilizar todo el meteorito tras la colisión. El resultado 9º, ofrece una expresión analítica, obtenida mediante análisis dimensional, del espesor de la corteza del meteorito que se iba fundiendo por contacto con la atmósfera en función del tiempo (se concluye que apenas fue alterado). El resultado 10º, es una determinación del radio que el fogonazo del meteorito (radio de la bola de fuego) presentaría en el horizonte tras su entrada en la atmósfera terrestre. Los resultados 11º y 12º atañen a las efectos ambientales provocados por el impacto. El resultado 11º, determina el porcentaje de luz solar bloqueada por el oscurecimiento de la atmósfera tras la colisión, obtenida a partir de la Ley de Beer-D´Alambert y de las profundidades ópticas de absorción de humos de hollín y cenizas. El resultado es estremecedor: la entrada de luz en la Tierra se redujo en más de un 70%, (cifra que otros autores elevan al 85%), interrumpiéndose con ello la fotosíntesis y dislocándose las cadenas tróficas. En el resultado 12º, calculo el descenso de temperaturas en el ambiente global, por el oscurecimiento de la atmósfera que pudo durar varias semanas e incluso meses tras el impacto. En este punto es importante señalar que la temperatura media de nuestro planeta es de +15 ºC (si bien un balance radiativo estricto implicaría temperaturas de -20 ºC, la diferencia térmica entre ambos valores la proporciona el efecto invernadero terrestre con más de 35 ºC de subida). Una caída de las temperaturas medias en el planeta provocaría verdaderos desastres ambientales. Así por ejemplo, una noche por debajo del punto de congelación es suficiente para destruir toda la cosecha de arroz de Asia; un descenso térmico entre 3 ºC y 4 ºC haría perder toda la cosecha de trigo de Canadá. La brusca caída de la temperatura media de casi 10 ºC (-9,51 ºC) tal y como ofrece el cálculo, acompañada del oscurecimiento de la atmósfera devastaría los ecosistemas herbáceos del hemisferio Norte. La temperatura resultante de 5,48 ºC corresponde a un invierno gélido (invierno de impacto).
En las imágenes siguientes, junto a mis pies: la capa más oscura del estrato K/T es la capa de cenizas y hollín que se supone se acumuló en sedimentos procedente de la colisión con el asteroide y de los incendios que se originaron.
Debajo de esta capa, en color gris metalizado y con un espesor de unos pocos mm, se encuentra la capa que contiene el iridio procedente del meteorito, en unas concentraciones 100 veces superiores a lo normal.
Algo drástico debió de suceder el último día del Cretácico para que la mayoría de las especies desaparecieran para siempre.
La extinción más evidente es la de los ammonites. Estos cefalópodos, que muestran espectaculares fósiles de 40 cm de diámetro en los acantilados cretácicos sufren una extinción total coincidiendo con la arcilla del límite.
Los foraminíferos planctónicos, pequeños organismos unicelulares que viven flotando en los mares, sufren también una extinción muy significativa. La cantidad media de pequeñas conchas por gramo de muestra de roca justo antes de límite es de 75, mientras que decrece a apenas 5 en las muestras tomadas después del nivel de arcilla. Esto supone un descenso en la biomasa de planctónicos de un 93%. Si nos fijamos en las especies veremos que 33 de las 63 especies de foraminíferos cretácicos reconocidos hasta el límite se extinguen justo coincidiendo con la arcilla negra. Y los 30 que consiguen sobrevivir desaparecen progresivamente justo después del límite y dan lugar a 16 nuevas especies paleocenas. Es importante apuntar que las especies supervivientes son en general mucho más pequeñas que en el Cretácico y las paredes de sus conchas aparecen claramente debilitadas.
Los nanofósiles calcáreos sufren también una extinción significativa coincidiendo con el límite. La abundancia de microfósiles por muestra de roca disminuye en un 80% y la extinción de especies ronda el 60%. En la zona del límite 68 especies cretácicas desaparecen, 6 especies se expanden justo después del límite y aparecen 14 nuevas especies paleocenas.
Los foraminíferos bentónicos, aquellos que vivían en los fondos marinos, apenas se ven afectados por esta catástrofe.
Algunas rocas del acantilado presentan unos orificios, practicados para extraer una muestra cilíndrica de roca que será examinada en un laboratorio.
Estas muestras miden la orientación de los minerales magnéticos, unos indicadores de la orientación del campo magnético de la Tierra en el momento de la formación de la roca. Si conseguimos obtener una muestra de cada capa seremos capaces de detectar las inversiones magnéticas y reconstruir así la historia del campo magnético durante un periodo de tiempo determinado.
CALENTAMIENTO GLOBAL DEL PALEOCENO/EOCENO
El Máximo Térmico del Paleoceno Eoceno quedó registrado con todas las características típicas que definen este evento: un tramo arcilloso sin carbonato, debido a la acidificación del océano y la disolución de las conchas calcáreas; una caída del isótopo de carbono 13, relacionada con la emisión de metano y CO2 a la atmósfera y el océano; una caída del isótopo de oxígeno 18, como consecuencia del calentamiento producido por el efecto invernadero; un aumento de caolinita, mineral típico de climas cálidos con alta tasa de erosión; una extinción masiva de foraminíferos bentónicos, que vivían en el fondo del mar; y un cambio en la asociación de foraminíferos planctónicos, que se tuvieron que adaptar al cambio y migraron en busca de su hábitat natural.
El Paleoceno comienza con la gran extinción del K/T (65,5 Ma) y termina 10 millones de años después en el límite P/E (55,8 Ma) con uno de los mayores calentamientos que ha sufrido la Tierra en toda su historia y que marca el comienzo de la siguiente época: el Eoceno.
• La intercalación constante de calizas y margas está determinada por el movimiento de precesión del eje de la Tierra, que tarda 20.000 años, y en función de su orientación hacia el Sol da lugar a dos estados climáticos: uno frío y uno más cálido. Cada uno de ellos da lugar a una capa más o menos carbonatada y por lo tanto cada pareja caliza-marga responde a un ciclo de 20.000 años. Es decir, cada capa representa aproximadamente 10.000 años.
La identificación de los ciclos astronómicos en las rocas es muy útil para contar tiempo en aquellos lugares donde no se pueda realizar una datación absoluta con isótopos. En estas formaciones, se han conseguido identificar todos los ciclos de excentricidad con bastante precisión.
FALLAS Y FRACTURAS