El desarrollo de glaciares se vio favorecido por la configuración topográfica preglaciar, con planicies alomadas y vertientes expuestas. La acción glaciar se centró en estas vertientes cuya orientación recibía menos insolación.
En su lento fluir, las
masas de hielo de los glaciares desencadenaron una denudación
general en cumbres y laderas, arrancando una
ingente cantidad de rocas que quedaban empastadas en los hielos (ablación).
Hoy, pasada la última glaciación y gracias a la fusión de los glaciares, estos depósitos y
formas son observables. Se aprecian restos de glaciares como circos, valles, morrenas,
turberas y lagunas...evidencias últimas de la fusión de hielos perpetuos.
Como el relieve de la zona está muy definido por su
estructura geológica, los materiales se dispusieron en secuencias repetidas de
capas duras y blandas. Tiene lugar una alternancia de areniscas, conglomerados,
cuarcitas y algunos niveles arcillosos.
Al ser más duras y resistentes que las areniscas, las cuarcitas (areniscas metamorfizadas) forman las cornisas y resaltes rocosos donde se instalan los circos glaciares. Los circos glaciares, de reducidas dimensiones, muestran un glaciarismo poco desarrollado pero suficiente para definir la geomorfología de las altas cumbres. Los circos se localizan escalonados aprovechando la diferente resistencia litológica del "frente de cuesta", resultando un modelado en graderío. En varios de los circos se produce una sobreexcavación que explica la presencia de las pequeñas lagunas (laguna Negra y laguna Larga) a las que se añaden otras lagunas cuyos cierres morrénicos fueron recrecidos de forma artificial.
Sobre las formaciones anteriores, aparecen numerosos depósitos de origen glaciar y periglaciar cubriendo amplias extensiones. Estos procesos sedimentarios han configurado formas de depósito con materiales poco consolidados (morrenas, coluviones, canchales, bloques erráticos...); flujos intermitentes de materiales en caída hacia el fondo de los valles debido a la pérdida de estabilidad del macizo al disminuir la cohesión de los fragmentos, activada sobremanera por agua intersticial en los periodos de lluvias o deshielo.
La acción hielo-deshielo sobre las fisuras de
las rocas, fragmenta los bloques de conglomerados y cuarzoarenitas que construyen
los escarpes de los circos, movilizando los bloques por las vertientes,
generando derrubios, canchales y avalanchas. Los desprendimientos por gravedad son activos
en los cantiles y laderas. La acumulación de
fragmentos de roca (bloques, cantos y arena) y material fino de alteración
(limos y arcillas) por rotura debidas a cuñas de hielo y otros procesos de
meteorización, se desprenden del sustrato rocoso y tapizan las
vertientes, recubriéndolas con espesores variables en un sistema en cascada de transferencia de materia y energía.
Los sedimentos de las lagunas, deposiciones lacustres de tipo glaciar y las
turberas, han sido estudiadas en su composición, estructura, textura... dando información de las condiciones ambientales que las originaron.
Así por ejemplo, el estudio del polen encerrado en los sedimentos, ha permitido inferir el tipo de vegetación existente en épocas anteriores, su
variación y con ello el tipo de clima que imperaba.
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