Los archivos que componen este blog tratan de reunir las siguientes propiedades: 1º) hacer referencia a una situación real, técnica o física, obra ingenieril u objeto singular, tecnología de carácter industrial o descubrimiento en el campo de la ciencia. 2º) aportar "cultura científica". 3º) estar dotados de un fuerte contenido físico o matemático. Por su concepción, es un blog "sin fin", donde una traslación en el tiempo nos haría encontrar en sus archivos finales, estudios futuros.

domingo, 13 de marzo de 2016

Paseo por domo salino. Diápiro de Poza de la Sal (Burgos).

En el entorno de Poza de la Sal, norte de la provincia de Burgos, nos encontramos con manantiales salinos, que durante siglos han permitido la explotación de la sal por evaporación.
Camino que conduce desde el pueblo a la cubeta donde se encuentra el pitón del diápiro

Hace unos 200 millones de años, esta zona como también buena parte de la Península Ibérica, se encontraban bajo las aguas: las aguas del mar de Thetisun antiguo mar del pasado geológico de la Tierra.
Se trataba de un mar interior, mal comunicado con el resto de cuencas oceánicas, en el que por su situación geográfica los aportes fluviales son escasos y en cambio la evaporación es muy intensa.
Determinadas sales disueltas en el agua de estos mares se encontraron pronto próximas al punto de saturación, sobretodo en el fondo de la cuenca, produciéndose un depósito ininterrumpido de las mismas.  En estas condiciones, se depositaron grandes espesores de sales, alternando eventualmente con yesos y sedimentos detritícos en épocas de mayores aportes fluviales.

Simultáneamente se produjo la efusión de materiales volcánicos de magmatismo básico (ofitas), que indican un proceso distensivo de adelgazamiento de la corteza. Estos materiales volcánicos, en unos casos salieron al exterior a través de los sedimentos, produciendo erupciones submarinas, y en otros quedaron intruídos entre los estratos arcillosos y salinos, llegando a enfriarse sin haber alcanzado la superficie.
Se formaron así, los depósitos salinos del Triásico que los geólogos conocen como el Keuper, que duró alrededor de 10 millones de años, y en el cual los estratos de sedimentos llegaron a desarrollar espesores de varios cientos de metros (de 400 a 500 m según autores).

Entorno de Poza de la Sal (Burgos). 
La densidad de la sal tiene un valor constante invariable a cualquier profundidad en que se encuentre. En cambio, la densidad de otros sedimentos varía con la profundidad. Los sedimentos arcillosos, inicialmente con una densidad menor a la de la sal, aumentan su densidad hasta superar la de la sal, con la profundidad debido a la compresión de los materiales superpuestos. A partir de ese momento, la sal se encuentra en desequilibrio bajo sedimentos de mayor densidad, y tiende a ascender hacia zonas superiores de menor densidad, tratando de alcanzar el equilibrio.



La formación del diapiro comienza al final del período Jurásico, cuando los materiales sedimentados sobre la sal y la arcilla del Keuper alcanzaban un espesor considerable, produciéndose los primeros movimientos halocinéticos, es decir, movimientos ascendentes de la sal debidos a la menor densidad de esta (2,1 gr/cm3 ) con relación a la de los materiales envolventes, de 2,5 a 2,7 gr/cm3.

En la imagen y a mis espaldas se encuentran las rocas ofíticas superficiales, el pitón basáltico que los basamentos inferiores de sal empujan hacia arriba haciéndolo aflorar en superficie. 
Las ofitas son rocas ligeras de orígen volcánico que se enfriaron cerca de la superficie, pertenecen a un magmatismo poco profundo de bajas presiones y temperaturas.

Una vista más cercana de este apilamiento ofítico: resquebrajado y roto, conformado por bloques caóticos que se fracturaron al emerger en superficie. 

Vista desde la carretera del diapiro y del pitón ofítico ascendiendo en su centro.

Los movimientos halocinéticos siguieron ejerciéndose, desde su inicio, durante todo el Cretácico, mientras continuaba engrosándose la cubierta, por la incesante sedimentación de calizas marinas que ocurría en superficie. Ya en la era Terciaria, levantado el páramo por la tectónica, el domo o masa salina ascendente encontró en el anticlinal la zona más propicia para romper la cubierta haciéndolo en la curvatura que el eje de aquel toma, y provocando en dichas capas un cuarteamiento dando lugar a multitud de fallas radiales y concéntricas. Como resultado de esta ascensión, los materiales del Keuper, que podrían haber permanecido enterrados a unos 800 m de profundidad bajo la superficie actual, aparecieron en el exterior. Sin embargo, esta ascensión cesó apenas rota la cubierta, por no haber suficiente masa salina. Esto ocurría en el Mioceno, hace entre 1 y 16 millones de años.
Dibujo esquemático de los movimientos halocinéticos transcurridos en tiempos geológicos en el diapiro de Poza.




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